Las fibras de polipropileno en soleras de hormigón en la realización de soleras de hormigón
Las fibras de polipropileno para el hormigón son una de las más representativas fibras sintéticas para la aplicación en construcción formadas por polímeros.
El polipropileno se sintetizó en 1954 por Natta. El monómero es el propileno que se obtiene del petróleo. El polipropileno se difiere del polietileno en que tiene una menor densidad y una mayor temperatura de reblandecimiento, por lo que se puede utilizar a temperaturas más altas.
Además presenta dureza y resistencia a la abrasión, como el nylon.
El polipropileno, además del tema que nos ocupa se utiliza en la industria textil, cordeles y cuerdas y la industria del automóvil, entre otros.
Las fibras se presentan normalmente en multifilamento, y lleva un tratamiento para que pueda distribuirse homogéneamente dentro de la masa del hormigón. Es inerte y tiene una resistencia total a los álcalis, incluidos los del cemento, no es dañina y tiene poco peso.
Las fibras de acero y propileno se empezaron a utilizar en el hormigón para mejorar ciertas propiedades de este, sobre todo en el comportamiento del agrietamiento, además del mallazo que normalmente se utiliza en las obras.
Las fibras de polipropileno presentan una separación rápida en la matriz del hormigón, lo cual es necesario, y su función en las primeras horas de fraguado de este es fundamental, para evitar las primeras fisuras al disminuir de tamaño el hormigón.
A la superficie de las fibras se adhiere agua, por lo que la retención de esta es mayor y evita la exudación del agua en la superficie de este con lo que el agua se puede perder, por eso la trabajabilidad del hormigón es algo menor cuando las fibras están presentes.
En el hormigón endurecido las fibras colaboran a las siguientes características:
Aumento de la resistencia a los ciclos de hielo-deshielo.
Fuerte disminución de las fisuras de retracción.
Menor penetración del agua.
Mayor estabilidad dimensional.
Por último decir que su formato suele ser bolsas biodegradables de 600 gramos, que es la dosis recomendada para un metro cúbico de hormigón. Se añaden en planta o en la cuba unos minutos antes del vertido del hormigón.
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